viernes, 29 de diciembre de 2017

Nada a lo que odiar.

En oscuridad,
como mejor se está 
lidiando con el silencio sepulcral.
En el cuarto por la noche no hay nada a lo que odiar,
solo estoy yo con mis imágenes por todo el dormitorio 
de aquí para allá.
El temblor de la energía pura naciendo de su manantial,
siempre supe que la noche tenía este tinte especial 
aunque me confunde el aroma a azufre infernal.
Nada a lo que odia más que a mi mismo 
y mi laberinto mental. 
.Lang.

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