lunes, 23 de enero de 2017

Viaje de reflexión.

Si cada viaje que emprendemos 

tuviera la mitad de tranquilidad

que en este viaje tuvimos,

si así fuera, tendríamos otra realidad.

Si cada quedada 

estuviese tan cargada de complicidad

como en este pasado trayecto,

la felicidad se relacionaría a la llegada al evento,

en efecto...

no al fin de ese esperado momento. 

Batallar sin fin alguno mas que el disfrute

y la situación. Bailar sin razón y de corazón,

viajes en los que no se discute.

Volver cargado de energía 

y no totalmente agotado,

desear repetir esos momentos día tras día 

y desear vivirlos todos a vuestro lado.


Viaje de reflexión,

momentos de ilógica razón,

y con-razón.

.Lang.

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