La sonrisa de los mil colores
sufría de oscuridad cromática.
Disfrazaba con dulzura romántica,
la tristeza del mal de amores,
combatía el ardor de estos dolores
con bravura y poesía semántica.
La delicada flor de su arcoiris risueño,
maldice en amargo silencio,
la desdicha del dueño de su corazón sureño.
El ácido infierno
del cual nuestros Romeo y Julieta
tratan de salir con agonizante empeño
no consigue oscurecer esa bella luz
que sale de su sonrisa de ensueño.
La impotencia y el ardor
luchaban entre su mente y su principal motor,
ella sabe que no merece esa vida,
pero completamente ida sigue luchando
por aquello que en seguida
se da cuenta de lo que sufre;
Amor.
.Lang.
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